La uña de gato es una de las plantas medicinales más potentes del Perú. Sus principales atributos son el soporte del sistema inmunológico y la salud. En el Primer Congreso Internacional sobre esta especie, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se señaló que ninguna otra planta de la selva ha atraído tanta atención mundial desde que se descubrió la quinina en la corteza de un árbol peruano en el siglo XVII. Los nativos de la selva peruana, como Ashaninkas, Campas y Amueshas, han estado usando esta planta durante mucho tiempo para curar muchas enfermedades.
El nombre común de uña de gato proviene de una leyenda. Esta leyenda cuenta la historia de un cazador ashaninca que, un poco cansado debido a una caminata prolongada, observó un enorme otorongo que rasgaba la corteza de una gruesa liana con sus afiladas uñas para beber el agua que emanaba de su centro, justo antes que el otorongo cazara un ciervo. Esta observación hizo que el cazador probara la poderosa agua, sintiéndose nuevamente lleno de vigor y pudiendo cazar una enorme sachavaca. El cazador regresó con una muestra de esta planta a su tribu y, a partir de entonces, se utiliza como la uña de gato.
La uña de gato ha demostrado una amplia gama de efectos beneficiosos y propiedades nutracéuticas que surgen de la sinergia de sus muchos compuestos activos. Es un antioxidante y tiene varios estudios que muestran efectos interesantes sobre la inflamación, la mutagenicidad de las células, entre otros aspectos con excelentes resultados.